6. ARTICULO. EL ESTADO Y LA CONSTRUCCION DE IDENTIDAD: EL PAPEL DE LA ESCUELA.

 

La escuela se caracteriza por ser un espacio educativo y socializador donde se transmiten conocimientos académicos y se desarrollan las habilidades y valores que permiten a los individuos integrarse adecuadamente en la sociedad. En la escuela, los estudiantes no aprenden solamente conceptos, sino también normas, actitudes y comportamientos que les permiten desempeñar un rol activo y responsable dentro de la sociedad. En este contexto, el proceso educativo para la construcción de identidad es de suma importancia, ya que el proceso educativo se convierte en un acto de integración social, donde los individuos aprenden a convivir y a respetar las normas que rigen su comunidad. Esto nos permite entender cómo la interacción social es fundamental, ya que los estudiantes interactúan con sus maestros y con otros agentes sociales que les permite formar su identidad. Justo gracias a estas interacciones sociales y procesos, la escuela juega un papel esencial en la configuración de las identidades individuales y colectivas, permitiendo la formación de los sujetos.

Ahora bien, esta identidad de los individuos que se construye a través de la interacción constante con los demás y con el contexto social, se da gracias a la negociación de valores y principios. En la escuela, los estudiantes no solo aprenden contenidos académicos, sino que también negocian su identidad a través de sus relaciones con sus compañeros, maestros y otros miembros de la comunidad educativa. Al participar en conversaciones, debates y actividades colectivas, no solo aprenden sobre el mundo que les rodea, sino que también construyen su propia visión de sí mismos y de su lugar en la sociedad. Este proceso de construcción de la identidad va a depender de las experiencias vividas de los sujetos por ello resulta ser un proceso dinámico y muy cambiante.

Desde esta perspectiva, cabe señalar que existe una relación estrecha entre la construcción de la identidad y la formación ciudadana. La identidad de un individuo no se forma solo a través de su autoconocimiento, sino también a través de su participación e interacción en una comunidad que le exige reflexionar sobre sus derechos y responsabilidades. La escuela, por tanto, es entendida como un espacio de interacción democrática, en el que los estudiantes aprenden a relacionarse de manera ética y responsable. De este modo, la escuela tiene el reto de formar no solo en conocimientos académicos, sino también en valores éticos y cívicos que permitan a los estudiantes ser conscientes de su rol en la sociedad.

En última instancia, la escuela no solo es un espacio de formación académica, donde se adquieren conocimientos, habilidades y competencias específicas que permiten a los sujetos a desempeñarse en diferentes ámbitos de la vida, sino también debe ser un escenario crucial para la construcción de la identidad y la formación ciudadana. A través de las interacciones sociales y el aprendizaje de normas, valores y principios éticos, la escuela permite a los estudiantes desarrollar una identidad propia. No obstante, existe la necesidad de institucionalizar el proceso educativo desde el Estado en el que la escuela pueda integrar tanto la formación académica como la socialización. La formación de la identidad moral es esencial para la construcción de ciudadanos autónomos, reflexivos, responsables y comprometidos con el bienestar común. Quizá es pertinente entender que aún resulta complejo y un desafío constante mirar la escuela desde la óptica de un espacio integrador, en donde influya el desarrollo integral de los individuos configurando su identidad individual como colectiva, y a su vez, les proporcione las herramientas necesarias para ser ciudadanos con una participación activa y comprometida en la sociedad.

REFERENCIA BIBLIOGRAFICA.

• Echavarría Grajales, C. (2003). Documento. La escuela un escenario de formación y socialización para la construcción de identidad moral, en: Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, Julio–Diciembre, Vol. 1, No 002, Universidad de Manizales, Colombia, 2003.